jueves, 4 de junio de 2009

El recuerdo de Tiananmen

La matanza de Tiananmen cumple hoy su 20 aniversario condenada al olvido de la sociedad y el Gobierno chino, pero con un aumento de las presiones internacionales para que Pekín amnistíe a los que participaron en las protestas y que siguen encarcelados.

Como otros años, organizaciones de derechos humanos usaron hoy el aniversario para pedir a China que deje de ocultar aquella tragedia, a la que algunos aluden eufemísticamente como el "gran error de Deng Xiaoping", el entonces máximo líder chino (por contraposición a la Revolución Cultural, el "gran error" de Mao Zedong).

Ya el pasado año se le dio más eco a esta cuestión por la especial atención internacional que despertó en 2008 el país asiático por ser sede de los Juegos Olímpicos y se le criticó duramente su tratamiento del conflicto tibetano.

Memoria borrada

Se calcula que unas 130 personas siguen encarceladas por su participación en las protestas de 1989, en las que estudiantes, obreros e intelectuales pedían mayor apertura política.

Otros fueron encarcelados o sancionados en años posteriores por intentar tratar el tema en los medios de comunicación: sonado fue en 2007 el caso de un periódico, el "Chengdu Wanbao", donde varios redactores fueron despedidos por dejar que se publicara un anuncio rindiendo homenaje a las madres de las víctimas.

"Resulta lamentable que, desde hace 19 años, el Partido Comunista se dedique a intentar mediante la censura y la represión que desaparezca de la memoria la Primavera de Pekín", destacó Reporteros Sin Fronteras (RSF).

"Parecía más una fiesta que una protesta"

El cerrojo informativo hace que muchos de los jóvenes chinos, los de la generación del "hijo único" que nació a partir de los años 80, ignoren casi por completo lo ocurrido en 1989.

"¿Quién es ese señor?", pregunta Zhang Yue, una estudiante de español, al ver en un vídeo de YouTube la famosa imagen del hombre anónimo que paró durante unos minutos una columna de tanques en la Avenida de la Larga Paz.

Las generaciones anteriores sí tienen recuerdos, aunque no muy claros, de los incidentes de aquel año: "Me acuerdo de haber pasado por Tiananmen aquellos días y verla toda cubierta de tiendas de campaña, parecía más una fiesta que una protesta", asegura Huang Yong, profesor de mandarín.

Las protestas, que se iniciaron en abril de 1989, comenzaron de hecho en un ambiente casi festivo, con estudiantes acampados en Tiananmen, cantando y pidiendo pequeños cambios ideológicos en el seno del Partido Comunista, al que algunos de ellos pertenecían.

Pero más tarde algunos integrantes de la protesta radicalizaron su postura, como la célebre Chai Ling, aquella estudiante que ahora vive de su empresa en EEUU y que entonces gritaba consignas democratizadoras con su megáfono.

Acabar con las protestas a cualquier precio

También había división en el Gobierno chino acerca de cómo lidiar con los manifestantes, que con el paso de los días comenzaban a hacer temer una caída del régimen comunista similar a las que aquellos años se estaban produciendo en Europa Oriental.

El entonces secretario general del Partido Comunista, Zhao Ziyang, llegó a reunirse con los estudiantes y les mostró su apoyo -lo que le costó el puesto-, pero finalmente triunfó la "línea dura" del primer ministro Li Peng, partidario de acabar con las protestas a cualquier precio.

Veinte años después, China sigue callada ante lo ocurrido, con escasas excepciones:

Una de ellas es la asociación Madres de Tiananmen, encabezada por Ding Zilin, que puso en marcha una página web para intentar restaurar la memoria, aunque fue bloqueada por la censura china poco después de ser creada.

La bandera nacional de Tiananmen debería ondear hoy a media asta por las víctimas de 1989.


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